Para quienes merecimos el honor de ser amigos del General Rafael Uribe Uribe y de haber profesado el más sincero cariño por tan eximio patricio, nos es altamente satisfactorio tributarle a su memoria un sentido recuerdo.
En estas páginas sólo hay la fría serenidad de lo cierto; presentamos este libro a la Nación, no impelidos por la fuerza vana de ser autores a todo trance, sino obligados por la razón y la justicia: reunimos un número considerable de datos; se fueron desarrollando en torno nuestro los acontecimientos de tal manera y fueron tales las huellas clarísimas que se abrieron a nuestro paso, que hubiera sido un crimen callar, mayormente cuando se trataba de quien fue para nosotros nobilísimo consejero, no obstante la desproporción entre su grandeza y nuestra pequeñez.
Tal vez personas competentes en la materia de que tratamos hubieran realizado una obra de valía, mas como la cruel indiferencia de muchos e ilustrados ciudadanos del país ha dejado sin réplica los conceptos inaceptables del Fiscal Alejandro Rodríguez Forero, emitidos en el proceso formado a los asesinos del General Uribe Uribe, hemos creído necesario levantar una voz de protesta y llamar seriamente la atención del liberalismo hacia la responsabilidad conservadora en el crimen nefando que privó al Partido de su jefe más autorizado y reconocido. ¿No se ve con absoluta verdad que lo que se propuso el Agente del Ministerio Público fue ponerse de parte de los asesinos, luego de haber dirigido todos sus empeños a esconder los autores intelectuales del delito?
Nuestra labor es, pues, la de presentar desnudos los hechos. Con ellos desvanecemos una leyenda; honramos la historia, tergiversada, velada, cubierta con habilidad incomparable por un puñado de perversos enemigos de la patria; y damos una doble lección a Colombia de valor civil y de previsión colectiva.
Dedicamos este trabajo al Liberalismo colombiano quien, a fuerza de ser idealista y honrado, ha perdido de vista la maldad humana, y como acto de reparación para que la verdad histórica esplenda con toda su desnudez a los ciudadanos honrados y sensatos del país, para que realicen obras de sanción social, ya que ha sido inocua la justicia legal; y a la familia del ilustre General Uribe, cuyo corazón atribulado y huérfano padeció las mayores torturas que la vida reserva en las horas de supremo dolor.
Presentimos el alcance y consecuencias de nuestra investigación acusadora. Ella, como expresión de justicia, volará a través de las fronteras a propagar una gran verdad: los métodos sombríos de que se valen los que aún resisten al empuje de las ideas de progreso. Y presentimos también que nuestra propia personalidad se rodeará de obstáculos extremos, quizá dramáticos. Afortunadamente, ella está acostumbrada a no inquietarse sino por el cumplimiento del deber.
Marco T. Anzola Samper
¿Quiénes Son?
Bogotá, Colombia
1917
-
Rafael Uribe Uribe fue asesinado el 15 de octubre de 1914. Aunque los autores materiales del magnicidio fueron juzgados y cumplieron su condena, nunca hubo ninguna intención por parte de la justicia de encontrar a los autores intelectuales ni de esclarecer los motivos del crimen, aún cuando eran un secreto a voces. Cien años después, esta práctica de matar a quienes se oponen al statu quo continúa, y desde la firma del Acuerdo de Paz, cientos han sido asesinados.